Una representación poderosa de Saturno y reflexiones profundas sobre la sombra y la transformación personal, esta obra invita a una contemplación profunda del cosmos y del ser interior.

La mitología clásica, la astrología y el simbolismo esotérico convergen en «El Alquimista de Saturno». A través de una representación poderosa de Saturno y reflexiones profundas sobre la sombra y la transformación personal, esta obra invita a una contemplación profunda del cosmos y del ser interior.

Un Viaje a la transformación personal

En mi obra «El Alquimista de Saturno», he buscado capturar la esencia de la intersección entre la mitología clásica, la astrología y el simbolismo esotérico. Este viaje creativo ha sido una amalgama de investigaciones intensas y profundas reflexiones sobre estos temas tan vastos y antiguos.

El corazón de la composición presenta una poderosa representación de Saturno, conocido como Cronos en la mitología griega, quien también se relaciona con la carta del Diablo en el Tarot y con quien yo personalmente relaciono con el hombre de negocios en «El Principito». En su mano derecha, el Alquimista sostiene estrellas plateadas, símbolo de la obsesión material y la ambición del personaje de Saint-Exupéry.

Esta figura mística, adornada con cuernos de carnero y alas angelicales, está posada sobre el planeta Saturno, cuyos anillos se transforman en cadenas. Estas cadenas simbolizan los apegos materiales, las restricciones autoimpuestas y la disciplina, así como la sexualidad y los cambios abruptos que caracterizan a este planeta y a su regente mitológico.

El Alquimista sostiene un bastón con el símbolo alquímico de Saturno, un detalle que resalta su conexión con la transformación y el poder del tiempo. En su pecho, un medallón grabado con el sello del cubo de Saturno añade una capa de complejidad, simbolizando el dominio sobre las estructuras y la materia. El cubo de Saturno, en particular, es un símbolo de la perfección geométrica y la manifestación de lo divino en el mundo material.

La obra explora la dualidad del poder y la liberación de las ataduras materiales. Las cadenas que envuelven su cuerpo no solo representan restricciones, sino también la posibilidad de romperlas y liberarse. Este simbolismo se refuerza con la naturaleza exuberante que florece debajo de él, reflejando las cosechas de Cronos y la naturaleza cíclica de la vida. Aquí, la naturaleza exuberante simboliza la fecundidad y la renovación perpetua, sugiriendo que de la misma manera que Cronos devoraba a sus hijos, el tiempo consume todo, pero también da lugar a nuevos comienzos.

El Contexto Psicológico y Esotérico

En el análisis de Carl Jung sobre los arquetipos, la figura del Diablo en el Tarot representa la sombra, esa parte inconsciente y reprimida de la psique humana. La sombra contiene aspectos de nosotros mismos que no queremos aceptar, pero que, al integrarlos, nos llevan a una mayor comprensión y totalidad. Jung argumenta que enfrentarse a la sombra es esencial para el proceso de individuación, el desarrollo completo del ser.

Jodorowsky, en su interpretación, lo ve como el portador de luz, quien ofrece a la humanidad la ausencia de moral y la posibilidad de trascender todas las restricciones y dogmas. Él describe a Lucifer como el origen de todos los abismos, el que da vida a las grutas oscuras, y quien, desde lo más profundo de la caverna humana, enciende la antorcha que organiza las tinieblas. Esta visión resuena con la idea de que el verdadero poder y la iluminación surgen al confrontar y transformar nuestras partes más oscuras y reprimidas.

Personalmente, relaciono esta figura con Satanás, entendido desde la etimología de la palabra como «el adversario». En la mitología cristiana, Satanás es el gran oponente, el que desafía y cuestiona. Este aspecto del adversario también resuena con la carta del Diablo en el Tarot, que nos invita a confrontar nuestras sombras y liberarnos de las cadenas de nuestras propias limitaciones.

El Sábado y el Sabat

Desde el punto de vista de la Alta Magia, Saturno se asocia con el día sábado, el Sabat, un momento de reflexión y reconexión con las fuerzas internas. El sábado es el día en que se honra a Saturno, y tradicionalmente es un tiempo para la meditación y el trabajo espiritual. En el contexto de la Alta Magia, el sábado es un día para enfrentar nuestras sombras, liberar nuestras ataduras y buscar la transformación interna.

Mi obra se alinea con estas interpretaciones, proponiendo que solo al abrazar y transformar nuestras sombras podemos liberarnos de las cadenas que nos atan y alcanzar una verdadera metamorfosis personal y espiritual. La figura del Alquimista de Saturno, con su dualidad de luz y oscuridad, representa ese viaje de autoconocimiento y liberación.

«El Alquimista de Saturno» inspira una profunda contemplación y una conexión con los misterios y las maravillas del cosmos y del ser interior. Al igual que Saturno, que representa la disciplina y los límites, mi obra busca desafiar las percepciones y animar a la liberación de las ataduras autoimpuestas, abriendo el camino hacia una verdadera metamorfosis personal y espiritual.